sábado, 5 de febrero de 2011

11

Cautiva de bellos recuerdos, que empiezan a sentir el calor del fuego al corroerles. Maldigo al sentimiento que profundizo en ti, y en mi. Tanto se convirtió en nada y nada resurge en tanto. Sé que puedo hacerle frente, pero es tan ambiguo, verte, día a día y delante de mis narices, con ella, ella, que no te hace ningún bien, que no te comprende, que no te siente, que no te mira, que no te ama. Y tus lerdos ojos, que no ven más allá, se empañan al contemplarla.
¿Te arrepentirás?. A saber. Mi esperanza esta ahí, pero ya no sé si quiero que permanezca. El juicio me explica con complicados esquemas, que hay normas que cumplir, y que si te dejan, hay que olvidar. Pero el alma me dice con hermosas palabras que las normas existen para romperlas y que si deseo ser feliz me obedezca a mi misma, a mi corazón y a mi sonrisa.
.